FERNANDO CORDERO CUEVA
13-01-2022
Las nuevas condiciones jurídicas derivadas de la LOTUS marcan una significativa diferencia entre las áreas urbano-parroquiales de 1998 y 2002 y las que se definirán en el PDOT-PUGS 2022-2034. La ley establece en forma clara que las municipalidades clasificarán el suelo cantonal en dos categorías excluyentes: URBANO y RURAL. Todas las otras denominaciones serán en adelante sub-clasificaciones.
Este mandato legal es una importante oportunidad para volver a imaginar a mediano y largo plazo (12-30 años) un sistema urbano compuesto por la ciudad madre (Cuenca) y un conjunto de pequeñas ciudades creadas en las cabeceras parroquiales. Todos estos asentamientos humanos, independientemente de su tamaño deberán estar unidos con adecuadas vías de comunicación, sistemas de transporte público, eficientes infraestructuras y servicios básicos -que incluirán conectividad inalámbrica en todo el cantón e internet de banda ancha.-
Las cabeceras parroquiales en su condición de nuevas áreas urbanas podrán beneficiarse, a través de la municipalidad, de la Contribución de Mejoras para garantizar la calidad de vida de todos sus habitantes, repartir entre todos -con equidad- las cargas y beneficios de su desarrollo y recuperar las inversiones para reinvertirlas en el propio desarrollo parroquial.
En estas nuevas áreas urbanas discontinuas (cabeceras de las parroquias rurales) , podrían vivir no menos de 250.000 personas.
Las pequeñas ciudades requerirán planes urbanísticos que garanticen mediante procesos de reparcelación y ajuste de terrenos las mejores condiciones de vida a toda su gente y hagan realidad el viejo paradigma urbanístico de la “ciudad de 15 minutos” en el que: escuelas, colegios, lugares de trabajo, mercados, centros de salud, áreas recreativas, estarán a menos de un kilómetro de distancia o 15 minutos caminando.
Esta visión de futuro es totalmente posible y requiere una planificación urbanística en cada caso con cambios importantes en las normas de arquitectura y urbanismo. En las pequeñas ciudades debería permitirse edificios de mas de dos pisos, adecuadamente localizados, respetuosos de la arquitectura vernácula y capaces de conformar un hábitat saludable con viviendas dignas, equipamientos de uso colectivo, áreas verdes y espacios públicos que garanticen a todos el derecho a la ciudad.
La Municipalidad tiene una enorme oportunidad de crear las condiciones para emprender en un nuevo modelo de ocupación y uso del suelo cantonal.